Compré El Ruletista, este cuento de Cartarescu, en una FLM llevada por un impulso. Era un libro pequeño, no pesaba, casi no contaba entre mis compras. Quería leer a Cartarescu con un libro más asequible, después de la obra monumental, Solenoide, con la que lo conocí. Y entendí el porqué del comentario de uno de nuestros seguidores: este cuento suyo es una pequeña joya.
Cartarescu publicó El Ruletista en 1993, después de no poder incluirlo en una colección de cuentos anterior por culpa de la censura. Cartarescu es un autor rumano muy particular, con un mundo propio donde todos sus libros, por sus temas, parecen relacionados.
Después de Solenoide, admiré a Cartarescu, pero reconozco que no tenía claro si volver a él o, mejor dicho, cómo hacerlo. Desde el blog me recomendaron El Ruletista, y leerlo ha sido todo un acierto. Un cuento corto, perfecto, de ésos a los que no les sobra ni una palabra.
El narrador de este cuento nos habla de un amigo suyo de la infancia, que se hizo famoso por jugar a la ruleta rusa una y otra vez sin resultar herido.
Más allá de algunas frases sobre estadística no del todo ciertas, el cuento roza la perfección. Dos personajes, una relación, la literatura siempre, los insectos siempre, los sueños... el más puro Cartarescu en sólo 60 páginas.
Perfecto para un regalo, perfecto para releer, perfecto para conocer a Cartarescu. Gran descubrimiento de este 2020.
Ratita de laboratorio
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