La primera vez que leí sobre Morla Lynch fue en un libro de Trapiello sobre la literatura en tiempos de la guerra civil española. El regalo de sus memorias, Diarios españoles, recibido en un momento personal difícil, animó un cumpleaños especial en todos los sentidos. Postergué su lectura, que se alargó demasiado también, quizá, a pesar de ser un buen libro. Pero me gustó lo suficiente como para querer leer el volumen II.